María Josefina Varela Carmona, Exalumna generación 2007

Cuéntanos de ti, cómo te defines y a qué te dedicas hoy.

Me defino de varias formas. Soy una mujer, soñadora, feliz y agradecida, siempre llena de actividades y rodeada de amigos que me acompañan. Soy mamá y esposa, de mi linda familia de 4 a quienes les dedico prácticamente mi existencia, le dan sentido a todo lo que hago.

Soy abogada, trabajo en la Contraloría General de la República revisando materias de obras públicas y me encanta lo que hago, a pesar de que para muchos puede parecer súper tedioso y técnico.

Desde siempre me he considerado actriz de corazón, una pasión que literalmente se ha tomado todas la instancias de mi vida. Terminé en Derecho buscando cambiarme por dentro a la carrera de Teatro, conocí a mi marido en cierta forma por el teatro, toda la universidad estuve participando en instancias teatrales y ahora vuelo al musical.

Ahora también incluyo a Daniela, mi personaje, como parte de lo que soy.

 ¿Cómo y de dónde nace tu pasión por el teatro y la música?

De mis entrañas jajaja. La verdad es que no sé identificar un momento, siempre ha formado parte de mi. Subirme a “las tablas” es algo que me hace sentir completamente viva, es casi adrenalínico.

Mis papás son amantes de la música, mi papá sobre todo, ellos me dieron una primera aproximación a las artes. Luego, lo demás -creo- formaba parte de mi, probablemente se despertó en los cuentacuentos del colegio desde chica, para muchos un trámite, para mi “showtime”.

En el colegio teníamos una compañía, mi primera compañía. Es impresionante que nuestras mamás lograran que hicieran un taller de teatro en el que sólo estábamos mis amigas y yo. A ellas, que son mis amigas desde preescolar, les debo mi pasión también y aprovecho de homenajearlas.

¿Qué te llevó a participar del primer musical de exalumnos de la Red?

Ufff me llegó un mail y como soy fan de todas las instancias teatrales, fui a la audición. Fui a la audición para decirles que, sabiendo que no iba a quedar, por favor contarán conmigo para lo que quisieran. ¡Y quedé!

Los de mi generación entenderán más de esto, pero la opción de participar en este nivel de producciones es absolutamente revolucionaria para mí. Yo quería participar para aportar en lo que a mi me tocaba hacer, la pizzatón, la rifa, pasada de sombrero, lo que fuera para poder montar una obra. No sabía que iba a montar un proyecto con dirección profesional, con compañeros que bien podrían ser profesionales en el rubro (muchos lo son), a subirme junto a 36 personas a un escenario de 15 metros, con productora de primer nivel, etc.

Acostumbrada a la una pileta, me lancé a la piscina de Rico Mcpato. ¡La suerte de una!.

Cuéntanos más del musical. ¿Cómo lo han ido desarrollando?, ¿Qué ha significado para ti participar en este?

Ha sido un proceso arduo y gratificante. Los primeros meses fue aprender el repertorio, con nuestra increíble directora musical y un montón de partituras que Dios sabe no estaba lista para recibir.

Tratando de recordar los solfeos de la miss Nora para no perderse. Cuando todo estaba controlado, resulta que había que bailar y actuar al mismo tiempo.

Hubo mucha contención y dirección detrás de este proceso, mucho de convencerse que no éramos impostores. ¡Sobre todo, mucho trabajo!

Todo ha sido increíble y es porque este grupo humano se conoce y expresa en el musical. Me gusta decir que nos conocimos los corazones antes que las caras, y es así, eso es lo que hace el arte.

¿Cómo ha sido la experiencia de trabajar con este grupo de exalumnos de nuestros distintos colegios?

Lo mejor del mundo mundial. En el musical, que trata de la historia de un barrio latino en NYC, se habla de los que viven en Washington Heights como “My people”. Esta compañía es mi gente.

Tenemos casi 20 años de diferencia entre los más jóvenes y los más viejos, y es como que todo eso se difuminara cada ensayo. El amor no tiene edad dicen.

Quiero decir que estoy fascinada con lo que ha hecho la Red RC en cuanto a desarrollo de las artes en los colegios. Puedo decir con certeza que estamos en buenas manos, para quienes valoramos el desarrollo integral de nuestros hijos. Tengan mucha confianza que sus hijos con inquietudes artísticas tienen un espacio increíble de desarrollo.

¿Qué es lo que más rescatas de esta experiencia?

Que difícil, todavía no estoy lista para que se acabe. Me llevo a la compañía Laus, a todos quienes aportaron en su ejecución (Dirección de los colegios, coordinación de ex alumnos y muchos más) y a quienes nos vamos a subir a ese escenario. Me llevo a las personas y la sensación de que esta generación tiene increíbles oportunidades de la mano del colegio.

¿Qué de lo que te enseñó el colegio o aspectos de su formación te ha ayudó a desenvolverte en este proyecto?

Todo, desde muy chicos es un sello del colegio la capacidad de subirse a un escenario y poder expresar. Eso no es algo que tienen todos, es un súper poder la verdad.

Eso me abrió las puertas al teatro, tener la confianza de proponer y saber hablar en público. Lo básico lo puso el colegio, y luego también me dio múltiples instancias para canalizar eso y llegar finalmente al teatro.

¿Cómo influyó y qué herramientas te entregó el colegio que te hacen ser la persona que eres hoy tanto como profesional y/o en lo personal?

El colegio me dio una base completa de habilidades y me permitió perfeccionar las que hacían más sentido en base a lo que me quería convertir.

Hay tanto que agradecerle, me dio un entorno seguro y fraterno para hacer las amistades que me van a acompañar toda la vida. Me dio herramientas, como el inglés, la oratoria, la comprensión lectora, que hoy aplico todos los días, siendo sumamente consciente que tengo un buen nivel por lo que me entregó el Cumbres.

A nivel personal, aspiro a ser la mejor persona que puedo ser en cada instancia, ese motor es clave en lo que hago, eso me lo dio el colegio.

El mejor ejemplo de lo que digo es que elegí el Cumbres como el colegio para quienes más me importan en esta vida, mis propios hijos.

¿Cuál es el mejor recuerdo de tu paso por el colegio?

No se si es el mejor, pero sin duda de los que más rememoro. Durante mucho tiempo con unas amigas tuvimos un “Club de Harry Potter”. Este club duró hasta ser demasiado grandes para que fuera aceptable. Éramos re-pernas (¿somos?) a decir verdad.

Siempre recuerdo con demasiada alegría el momento en que recibí mi carta para entrar a Howarts, lanzada desde la entrada de la cancha del segundo ciclo femenino, al patio secreto que estaba al lado de la pecera.

 Alguna persona que haya marcado tu paso por el colegio y que quieras recordar y/o agradecer.

Pu-pu-pu-purochiiii, día lunes, el himno con la gran miss Nora. Siempre le voy a estar eternamente agradecida por ese refugio en el subterráneo, donde sabías que lo ibas a pasar increíble, ibas a soltarlo todo mientras aprendías y creabas. Le agradeceré siempre por todo lo que me entregó musicalmente y por la gran persona que es hasta el día de hoy. Le mando un abrazo gigante. Me contaron por ahí que nos va a ver al musical, así que espero que se lo pueda dar en vivo.

Parentesis: los ensayos del musical fueron mucho tiempo en ese espacio subterráneo y fue realmente emocionante.

 En una palabra…para mi, mi colegio es….. 

Familia

 ¿Qué mensaje le puedes transmitir a los actuales alumnos de tu colegio?

Que aprovechen cada instante, que propongan y crean que el colegio es de todos, con el aporte de cada uno hacemos comunidad.

Que busquen instancias para desarrollarse en todo su potencial, usen las herramientas, espacios e infraestructura que ofrece nuestro colegio.

Que busquen la pasión detrás de las cosas que hacen.

¿Qué mensaje le puedes transmitir a los exalumnos de tu colegio?

Que el colegio es un espacio para todos, los va a recibir con los brazos abiertos. Los invito a acercarse a las instancias que existen, sean testigos del camino que se ha recorrido, se van a maravillar con nuestro colegio. Siempre vamos a formar parte de esta comunidad, hoy más que nunca nos abre sus brazos para que nos sintamos escuchados, seamos participantes activos, y vayamos en constante mejora.

Bueno, y que nos vemos el próximo año en las audiciones. No crean nada de lo que dije, ¡vengan a vivirlo, imposible que se arrepientan!