Florencia Williamson Aspillaga, exalumna generación 2014

Cuéntanos de ti, cómo te defines y a qué te dedicas hoy.

    Soy la menor de 6 hermanas mujeres, soy exalumna del Colegio Cumbres, diseñadora integral. Me encanta la innovación y los proyectos con impacto social.

    Hace un tiempo trabajas en Volando en V, fundación que se dedica a construir una convivencia escolar positiva y prevenir el maltrato desde el liderazgo de los mismos estudiantes. ¿Qué ha significado para ti trabajar apoyando y asesorando a los colegios respecto de este tema?

    El trabajo en Volando en V me permitió́ comprender en profundidad la relevancia de la convivencia escolar. Hay dos características de la convivencia que nos ayudan a entender su importancia; primero, que es inevitable, es decir, solo por el hecho de vivir en comunidad, estamos conviviendo. La segunda es, que a convivir se aprende, en todos los espacios y en todas las etapas de la vida. Esto supone un tremendo desafío, tenemos que hacernos responsables de estos aprendizajes, pero es también una oportunidad de mejorar continuamente, de ser más inclusivos, respetuosos, empáticos y amables con quienes nos rodean.

    En este sentido, un adolescente o niño que va al colegio, inevitablemente está incorporando modos de relacionarse y vincularse, por eso no podemos dejar este aprendizaje al azar. Un niño de hoy es un adulto en el futuro y los modos de convivir que aprenda en el colegio, lo acompañarán el resto de su vida. Por eso, todos los colegios deben ser espacios seguros, en los cuales los estudiantes se sientan aceptados y se sientan parte. En esa búsqueda, son los mismos jóvenes quienes tienen el poder de transformar sus comunidades y en Volando en V acompañamos a los colegios para que sean capaces de darles ese espacio.

    ¿Cuál es el mayor desafío que te ha tocado enfrentar en la Fundación?

    Lograr que los jóvenes se comprometan con la convivencia de sus colegios es un gran desafío. Muchas veces hablar de buen trato, amabilidad, empatía o respeto no es lo más popular, hay que ser valiente y auténtico para hacer frente a los malos tratos o defender a un compañero que está siendo molestado.

    Pero por otro lado, cuando te encuentras con estudiantes dispuestos a transformar sus colegios, ponerse la camiseta por la convivencia y trabajar por el buen trato en su comunidad, es realmente inspirador y eso lo hace muy enriquecedor también.

    ¿Cómo sientes, a modo general que se está́ abordando el tema de la convivencia escolar en Chile?

    En Volando en V conocí́ establecimientos de todo tipo de dependencias y en diferentes lugares de Chile. A pesar de la diversidad de realidades, creo que hay una necesidad transversal en las instituciones educativas de abarcar la gestión de la convivencia escolar no solo desde lo reactivo, sino que también desde la prevención y la construcción de verdaderas comunidades de buen trato.

    El problema del maltrato escolar y el bullying no puede esperar. Es urgente y prioritario implementar programas que involucren y responsabilicen a todos los actores de la comunidad escolar sobre su propio bienestar.

    ¿Alguna experiencia, anécdota o testimonio que quieras y nos puedas compartir en lo que ha sido tu trabajo en la Fundación?

    En 2022 y 2023 me tocó trabajar con el Colegio Everest en un programa formativo para sus Directivas de Curso. Me encantó poder ver cómo funcionaba el colegio, trabajar con su equipo, encontrarme con exalumnas y profesoras de mi colegio. De alguna forma, fue como volver a encontrarme con mi colegio y me sentí́ muy acogida. También destaco el compromiso de los profesionales con el fortalecimiento de su convivencia, sin duda son clave para la implementación del programa en el Everest.

    ¿Cómo influyó y qué herramientas te entregó el colegio que te hacen ser la persona que eres hoy?

    Agradezco la oportunidad de haber desarrollado mis habilidades y talentos. Haber tenido un electivo artístico, por ejemplo, fue clave para encontrar mi vocación y desarrollarme como diseñadora. El colegio me dio las herramientas para poner mis talentos al servicio del otro, para hoy poder ser un aporte desde el área del diseño.

    Además, en el colegio aprendí́ a abarcar los desafíos con dedicación y entrega. La importancia del esfuerzo y el compromiso, son aprendizajes que destaco de mi paso por el colegio y que me han acompañado en mi vida profesional.

    ¿Cuál es el mejor recuerdo de tu paso por el colegio?

    Trabajando con adolescentes me acuerdo mucho de mi curso del colegio, agradezco profundamente la etapa escolar que tuve y lo que compartí́ con mi compañeras y profesores. Espero que cada niño y adolescente pueda tener una experiencia tan enriquecedora como la mía, llena de momentos inolvidables y aprendizajes.

    ¿Alguna persona que haya marcado tu paso por el colegio y que quieras recordar.?

    Mis amigas del colegio son parte fundamental de mi vida. El colegio no es solo el lugar en el que nos encontramos, sino que también nos enseñó el sentido de la amistad.

    También me marcaron muchas profesoras a través de su cercanía y ejemplo.

    En una palabra…para mí, mi colegio es…

    Para mí el colegio es comunidad.

    ¿Qué mensaje le puedes transmitir a los actuales alumnos de tu colegio.?

      Así́ como en Participación Social o en misiones de Semana Santa salimos del colegio para acompañar o ayudar a otros, es clave estar atentos a las necesidades que existen dentro del colegio. Tenemos que preguntarnos cómo lo está pasando mi compañero de curso o mi profesor. No podemos olvidar a quienes se encuentran cerca de nosotros.

      Nuestras acciones impactan al resto, elijamos que esa marca que dejamos en el otro sea positiva. Siempre podemos elegir tratar bien al otro.